Los físicos han cuantificado con precisión la diferencia en el paso del tiempo entre la Tierra y Marte, revelando que el tiempo en el Planeta Rojo fluye aproximadamente 477 microsegundos más rápido por día que en el nuestro. Los hallazgos, publicados en The Astronomical Journal, no son meramente académicos; son fundamentales para futuros viajes espaciales, comunicaciones y una comprensión más profunda del universo mismo.
Relatividad en acción
La teoría de la relatividad de Einstein predice que el tiempo no es absoluto sino relativo a la gravedad y la velocidad. En la Tierra, este efecto es sutil pero mensurable: los relojes en altitudes más altas (como en la cima del Monte Everest) marcan ligeramente más rápido que los del nivel del mar. Esto se debe a que una gravedad más débil permite que el tiempo se mueva más libremente.
El efecto es aún más pronunciado en el espacio. Los satélites GPS, que orbitan a más de 12.500 millas sobre la Tierra, deben tener en cuenta una dilatación del tiempo de 45,7 microsegundos para funcionar con precisión. De no hacerlo, paralizaría las telecomunicaciones modernas.
El problema de los cuatro cuerpos en Marte
Calcular el tiempo en Marte es más complejo que simplemente tener en cuenta la gravedad más débil. La órbita de 687 días del planeta alrededor del Sol, junto con las influencias gravitacionales de la Tierra, la Luna y el propio Sol, crean lo que los físicos llaman un “problema de los cuatro cuerpos”. Esto es mucho más desafiante que el problema de los tres cuerpos (Tierra, Luna, Sol), que ya es bastante difícil de modelar.
Según el físico del NIST Bijunath Patla, “levantar objetos pesados es más desafiante de lo que pensaba inicialmente”. Patla y su colega, Neil Ashby, utilizaron cálculos precisos que tenían en cuenta las condiciones de la superficie marciana (similares al nivel del mar de la Tierra) y las influencias cósmicas para llegar a la diferencia de 477 microsegundos.
Por qué esto es importante más allá de los viajes espaciales
Si bien la discrepancia es pequeña (menos que un abrir y cerrar de ojos), el efecto acumulativo es significativo. Por ejemplo, las redes 5G requieren una precisión de sincronización de hasta una décima de microsegundo. Las futuras comunicaciones en el espacio profundo dependerán de una sincronización horaria precisa para evitar retrasos. Actualmente, se necesitan más de 24 minutos para comunicarse con rovers como Curiosity en Marte; Un mejor cronometraje podría reducir drásticamente este retraso.
“Si logras la sincronización, será casi como una comunicación en tiempo real sin pérdida de información. No tienes que esperar a ver qué sucede”, afirmó Patla.
Estos cálculos no se refieren sólo a Marte. El NIST publicó un plan para el cronometraje lunar el año pasado y los nuevos datos marcianos pueden mejorar ese sistema. En última instancia, este trabajo es un paso hacia la realización de la visión de ciencia ficción de la exploración espacial generalizada. La naturaleza fundamental del tiempo mismo se está redefiniendo a medida que nos preparamos para expandirnos por todo el sistema solar.



















