Durante siglos, los restos de uno de los naufragios más antiguos de Inglaterra permanecieron intactos en el fondo del Canal de la Mancha, no por su profundidad o los efectos del tiempo, sino porque fue descartado como desperdicio de la construcción moderna. Los restos del naufragio, ahora conocidos como Mortar Wreck, se remontan aproximadamente al año 1250 y representan un descubrimiento importante en la historia marítima medieval.
Identificación errónea inicial y descubrimiento posterior
La historia de la recuperación del naufragio es casi tan notable como el propio naufragio. Como relata el arqueólogo marítimo Tom Cousins de la Universidad de Bournemouth, los buzos locales inicialmente consideraron el sitio “basura”, creyendo que no era más que materiales desechados. No fue hasta una inspección adecuada en 2019 que se reveló la verdad: los escombros eran en realidad partes del casco de barco medieval inglés más antiguo que se conoce.
El barco y su carga
La embarcación, construida con roble irlandés, llevaba una carga sustancial de herramientas de piedra diseñadas para moler alimentos, así como un par de losas de tumbas intrincadamente talladas hechas de piedra de Purbeck. Esta piedra, extraída exclusivamente de la isla de Purbeck, en el sur de Inglaterra, desde la época romana, era muy apreciada por los arquitectos medievales por su capacidad de pulirse para parecerse al mármol. Se han encontrado ejemplos de piedra de Purbeck en lugares tan lejanos como Dinamarca, lo que indica una amplia red comercial.
La desaparición del naufragio del mortero
Cousins cree que el barco probablemente se hundió bajo el peso de su carga: aproximadamente 29,5 toneladas de piedra. El barco, una versión reforzada de los primeros barcos vikingos, pudo haber sido sobrecargado, lo que provocó una falla estructural. La intensa demanda de piedra de Purbeck durante el siglo XIII, el período en el que floreció la construcción de iglesias y catedrales, probablemente impulsó al barco a transportar una cantidad peligrosa de carga.
Artefactos en exhibición
Hoy en día, los artefactos recuperados del Mortar Wreck, incluida una de las losas ornamentadas que se asemejan a la tumba del arzobispo Stephen Langton, se exhiben en el Museo de Poole. La exposición tiene como objetivo educar a los visitantes sobre el comercio medieval de piedra de Purbeck y las prácticas marineras de la época.
La historia de Mortar Wreck subraya la facilidad con la que los tesoros históricos pueden pasarse por alto y confundirse con desechos modernos. Su recuperación resalta la importancia de una investigación arqueológica exhaustiva, incluso en lugares aparentemente anodinos.




















